Vivo en un país donde a las niñas nadie les dice que cuando sean grandes, van a tener novio, casarse y tener hijos.
Aquí, nadie regaña o aconseja que no lo haga, a las niñas que espontáneamente dicen, me gusta esa niña, amo a esa niña.
En este país, la religión no señala de pecado el amor o la relación sexual entre mujeres.
Las escuelas no expulsan a las alumnas que tienen relaciones de noviazgo entre ellas.
Muchas mujeres que se nombran públicamente lesbianas, trabajan como profesionales, son artistas, pueden elegir o ser electas en cargos públicos.
En esta sociedad nadie puede discriminar o ejercer violencia contra las mujeres que mantienen relaciones eróticas y/o afectivas con otras mujeres, porque si lo hacen, el Estado a través de sus autoridades, lo considera una violación a los derechos humanos y lo investiga y sanciona.
En fin, este país tiene las condiciones para que una mujer lesbiana como yo, pueda vivir felizmente, porque nadie pone tropiezos a mi libre determinación del goce y disfrute de mi cuerpo y sexualidad, de mi libre expresión y a mi derecho a las oportunidades que ofrece la vida en sociedad.
Este país no existe todavía... pero es un país que sueño. Ese sueño es el que inspira mis luchas sociales. Esa es la utopía a la que me adscribo. y vos, cuál es tu utopía?