Las lesbianas no existen en Guatemala.
Al igual como ocurre con todas las formas de discriminación, no sería posible su existencia sin un mecanismo que lo favorezca, propicie, alimente y sostenga. El mecanismo, siempre es la suma de múltiples elementos y factores.
En el caso de la situación de la invisibilidad lésbica, es el mecanismo por excelencia. Nadie supo, nadie sabe… aquí no pasó nada.
Este enorme e histórico silencio ha perpetuado el genocidio permanente contra las lesbianas en este país.
La afirmación anterior le parecerá una exageración a la mayoría de personas y para las y los más puristas conocedores del derecho, esto es una aberración, una blasfemia.
Sin embargo, me permito decir que el derecho es un producto social, y que la situación, el fenómeno de discriminación y violencia permanente que sufrimos las lesbianas en este país, es genocidio, actualmente ese concepto social, político, económico y jurídico, continúa en formación.
Las lesbianas sufrimos genocidio, porque se dice que no existimos, porque cuando nos atrevemos a decirlo, se nos expulsa del hogar, trabajo, gremio, hasta se nos interna en centros de privación de libertad o centros para la atención de enfermedades mentales.
Las lesbianas de este país generalmente socializamos en guettos, y ese es el elemento probatorio más tangible de nuestra condición. Un guetto auto inventado como una forma segura de ser y sobrevivir.
Exponer el problema fría y crudamente, tiene la intención de detonar una reflexión seria y profunda sobre la situación grave y sistemática de violencia y violación de derechos humanos a la que sobrevivimos las lesbianas en este país, porque las respuestas sociales y estatales debieran ser categóricas para transformarla y así coadyuvar a la existencia y consolidación de condiciones sociales acordes a la dignidad humana que permitan el desarrollo humano de las lesbianas en este país.
viernes, 13 de febrero de 2009
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Estoy de acuerdo y tomando en cuenta que la discriminación viene de un patriarcado, que solidifica su poder en la fuerza; es facil excluir a grupos, que son; en un imaginario colectivo la minoría.
ResponderEliminarEs difícil para nosotros también como grupo vulnerable seguir en la marginación del diario vivir, donde hemos perdido ese calor humano de fraternidad y solidaridad.
David, gracias por tu comentario.
ResponderEliminarAsí como las lesbianas estamos invisibilizadas, así lo están otros grupos sociales contra quienes opera la violencia y discriminación.
Reconocernos parte de esos grupos, posibilita que nos encontremos en un punto común de partida para discutir al respecto y hacer propuestas de transformación.